Lorson Nathalie

Perfumería, una historia familiar

Nathalie Lorson creció en Grasse, junto a un químico de la empresa Roure, diseñadora de materias primas para perfumería. Esto último le hizo sentir los olores y Nathalie Lorson aprendió a reconocerlos. Era un juego de su infancia. Además, siguiendo los pasos de su padre, decidió entrar en la escuela de Roure, queriendo trabajar también en las materias primas para perfumería. Así que, si este sector de actividad es hoy una federación, mostró en su momento una gran audacia. Luego se retó a sí misma a convertirse en una mujer perfumista, lo que sigue siendo muy poco común. Recién salida de la escuela, comenzó su carrera en International Falvors & Fragrances (IFF) y logró sus primeros grandes éxitos allí, como Dolce & Gabbana para mujeres o Chloé Innocence. Luego, en 2002, se incorporó a Firmenich, París. El resto, lo sabes: está situado en las cuatro esquinas de tu departamento de perfumería. En efecto, Nathalie Lorson desarrolló el olor a satén, perlas y amatista de Lalique, fama de Lady Gaga, Sicilia de Dolce & Gabana, Kate de Kate Moss, pero también el famoso opio negro de ™Yves Saint-Laurent.

Las habilidades de actuación de Nathalie Lorson

Como cualquier perfumista, Nathalie Lorson confía en poner un poco de sí misma en cada una de sus creaciones. Por lo tanto, le encanta trabajar en fragancias donde los hogares le dan una gran libertad. Sin embargo, a veces tiene que hacer jugos que no necesariamente se le parecen. Como tal, se ve a sí misma como una especie de comediante, poniéndose en el lugar de una marca y proyectándose en un proyecto lejos de sus afinidades espontáneas. Entre todas las materias primas, a Nathalie Lorson le encanta trabajar con rosas, notas almizcladas y veterinarios. Por otro lado, no apreciaba las notas animales demasiado fuertes que ella considera moderadas. Para ella, la sensualidad es un dominio que se juega con la sutileza.

Aunque Nathalie Lorson tiene una creatividad extraordinaria, también confía en que le gusta compartir su trabajo con sus compañeros de equipo. Según ella, esto es esencial para el éxito de un perfumista. En efecto, ser nariz es una profesión de pasión pero también de tensión. De este modo, compartir una creación le permite estar más relajado y, al mismo tiempo, obtener un enriquecimiento real. Este es un ingrediente esencial para ampliar el campo de posibilidades y vislumbrar posibilidades olfativas que nunca se hubiera atrevido a imaginar.

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