El enfleurage es un método de fabricación de perfumes basado en el uso de una sustancia grasa y su capacidad para absorber los olores de forma natural. Dos tipos de enfleurage son entonces opuestos. El enfleurage caliente, también llamado maceración, consiste en infundir flores u otras materias primas olorosas en una grasa previamente calentada. Las flores que se depositan en esta mezcla son reemplazadas regularmente hasta que la grasa se satura absolutamente de fragancias. La pasta resultante se llama ungüento.
El enfleurage frío, en cambio, consiste en engrasar las paredes de un marco de vidrio antes de cubrirlo con flores. Las flores se renuevan hasta que la grasa está perfectamente impregnada de su aroma. Este proceso puede durar hasta tres meses y un kilo de grasa puede absorber hasta 3 kg de perfume de las plantas. Una vez obtenido el ungüento, el proceso es el mismo tanto si se trata de un enfleurage frío como de un enfleurage caliente. El ungüento se derrite suavemente antes de ser decantado mediante un tratamiento etílico. Así, bajo la acción del calor y de una trilladora, las moléculas olorosas se disuelven en el alcohol. A continuación se enfría la mezcla y se filtra la grasa de la misma. Del mismo modo, el alcohol se elimina por destilación al vacío. Así, sólo el corazón del perfume, también llamado absoluto, permanece. La elección del enfleurage caliente o frío se conoce desde la antigüedad. Sin embargo, esta es una técnica que no es adecuada para algunas flores demasiado frágiles. De hecho, algunas de ellas no pueden soportar ser calentadas. Este es particularmente el caso del jazmín, el nardo o el narciso. En este caso, es aconsejable utilizar un enfleurage frío, más caro pero particularmente eficaz y ampliamente utilizado en la región de Grasse.
Además, si el enfleurage en frío es un proceso más restrictivo, es porque requiere una gran cantidad de mano de obra, un tiempo considerable y un gran número de cuadros. Del mismo modo, debe llevarse a cabo en un ambiente refrigerado, de lo contrario la temperatura exterior sería suficiente para derretir la grasa. Por supuesto, esta no es la única técnica utilizada para fabricar perfumes. Sin embargo, ha demostrado ser un proceso ancestral que resulta de nuestra pesada herencia en términos de perfumería. Se trata, por tanto, de una especie de testimonio histórico, a la vez que sigue siendo muy eficaz hoy en día.
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