Jean Patou, un modisto que escuchaba su tiempo
Jean Patou nació en París en 1887. Comenzó su carrera junto a su padre en una tenería situada en el Oise antes de unirse a su tío que era peletero. Allí aprendió las bases del negocio de la moda. Sin embargo, en octubre de 1905, permaneció tres años en el ejército. A su regreso, decidió establecerse en París en 1910. Allí abrió una casa de alta costura en la que integró un taller de peletería, una especie de homenaje a su herencia familiar. Sin embargo, las dificultades financieras fueron la razón de esta primera experiencia. Sin dejarse intimidar, Jean Patou regresó en 1912 y compró su primera tienda real situada en la rotonda de los Campos Elíseos. Jean Patou probó varios proyectos de vanguardia allí y sedujo a algunas actrices y personalidades de su tiempo. Además, los modelos de Jean Patou eran menos costosos que los de sus competidores. Poco a poco, Jean Patou planeó ampliar su tienda y la trasladó cerca de la Place de la Concorde, en una elegante mansión del siglo XVIII, ya en 1914. Desafortunadamente, el creador se vio obligado a ir a la guerra y su actividad sólo pudo reanudarse cuando regresó a París en 1919. Deseoso de estar en sintonía con el espíritu de su tiempo, Jean Patou encarnó el deseo de libertad de su tiempo. Exaltó la feminidad, creando varias innovaciones en ropa deportiva, como los primeros shorts de tenis para mujer. También creó los primeros cárdigans sin mangas, faldas plisadas de seda que se detienen por encima de la rodilla y no se olvidó de combinar cada uno de sus trajes con múltiples accesorios. Asimismo, fue en este momento cuando se embarcó en la aventura de la perfumería.
Perfumes de Jean Patou
Jean Patou se atrevió a la aventura olfativa ya en 1925 y creó sus tres primeros perfumes ese año. Destacó el embriagador aroma de las morenas de Love Love, la ligereza de las rubias de Que Sais-je y Chaldée de las pelirrojas. Asimismo, muy vanguardista, lanzó su primera fragancia unisex en 1929. Luego siguieron múltiples éxitos colosales. Además, Jean Patou se compromete a ofrecer fragancias cada vez más innovadoras. Además, Jean Patou dispone de su propio laboratorio, lo que le permite tener un control total sobre sus creaciones. La marca también es conocida por ser uno de los mayores consumidores de materias primas naturales del mundo. Como tal, Jean Patou posee sus propios campos de rosas y jazmines en la región de Grasse.
Desde 2001, los perfumes Jean Patou han sido adquiridos por el grupo Procter & Gamble, cuya división tiene su sede en Ginebra. Sin embargo, ha sabido conservar su antiguo prestigio y ofrecerse un perfume Jean Patou para realzar siempre su ropa con discreción y elegancia.
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