El espíritu mediterráneo de la masilla
Al dentista también se le llama árbol de lentisco. Crece en el matorral y aprecia especialmente el clima mediterráneo. Es una planta perteneciente a la familia del anacardo, de follaje perenne y frutos pequeños. La primera mención de los dentistas se remonta al botánico griego Theophrastus y se remonta al siglo III a.C. Sin embargo, aunque la enciclopedia romana menciona esta planta, su primera descripción botánica moderna se remonta al siglo XII. Esta planta fue entonces observada en las islas del Egeo. Hoy en día, es una planta ampliamente distribuida por toda la región mediterránea, ya sea en el norte de África, Europa mediterránea, Turquía, Irán, Siria, Irak o Israel. En Francia, la lentisk crece principalmente en Charente-Maritime y Córcega. Además, es en esta isla donde encontramos un pie cuya edad se estima entre 700 y 1000 años. Esto le valió el notable premio al árbol de Francia. El dentista tiene flores que florecen de marzo a junio. Del mismo modo, un pequeño fruto comestible y redondo de unos 5 mm viene a decorar este. Esta última es roja y amarga en el momento de su crecimiento, pero se vuelve negra y más suave en invierno.
Los usos de la odontología
La odontología se utiliza de muchas maneras. Produce una especie de resina cuando se hacen repetidas incisiones en sus tallos. Esta goma de mascar natural se produce a razón de 150 a 180 g por año por pie de dentista. Es de color amarillo claro y tiene un olor balsámico relativamente fuerte. Se utiliza en Oriente para refrescar el aliento y proteger las encías. Del mismo modo, en la medicina tradicional, ayuda a combatir las úlceras, los cólicos y los problemas digestivos. La madera de dentista, de color rosa u ocre, se utiliza en la ebanistería. También es excelente como carbón vegetal. El fruto de la lentisca, por otra parte, se utiliza para el consumo y puede disfrutarse en crudo o en forma de confitería en los países árabes. Por último, el dentista se utiliza para producir un aceite. Se utiliza en el norte de África para hacer una especie de mantequilla afrodisíaca. También se consume en pan en Cerdeña. En Marruecos, trata quemaduras y dolores de espalda. En perfumería, en cambio, la masilla tiene la propiedad de aportar un sabor verde y fresco a los perfumes. Su aroma se obtiene destilando sus ramas y flores. Por otro lado, su rendimiento excesivamente bajo lo convierte en un producto muy caro. Por eso, la masilla está reservada exclusivamente para la perfumería fina.
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